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Escoger y renunciar

Según escribí en mi último libro “Pasión por la tierra, pasión por la empresa”, la vida es cuestión de decisiones y, todas ellas, suponen renunciar a algo. Elegir y renunciar son dos caras de una misma moneda que constantemente está girando. La vida se basa en esto, decisiones. De forma consciente o inconsciente, cada día tomamos miles de elecciones, algunas lógicas y evidentes como puede ser caminar y otras más trascendentales y que cuyas consecuencias afectan a nuestros amigos, a nuestra familia o a gente que no conocemos pero están ahí.

¿Conoces el ‘efecto mariposa’? Según esta teoría, el aleteo de las alas de una mariposa puede provocar un huracán en la otra parte del mundo. Esta es una forma metafórica de decir que cada acción tiene su reacción y que esta segunda es totalmente impredecible y totalmente divergente. Cada persona, cada ser vivo, con sus “aleteos” es capaz de condicionar el “aleteo” de otros y la suma de todos es, en consecuencia, la realidad de nuestro día a día…

Hace muchos años yo decidí tomar el camino de la empresa y, como consecuencia, hoy estoy aquí disfrutando de excelentes vinos en las denominaciones de origen en las que estamos presentes. Pero no sólo eso. Gracias al excelente trabajo de todos los que formamos parte de esta gran familia, cientos de miles de personas también pueden hacerlo en cualquier rincón del mundo.

Hoy quiero compartir contigo el podcast de El Inspirador, en el que colaboré hace unas semanas. Gracias por escoger escucharlo.

365 días de oportunidades

Antes de empezar quiero desearte un feliz año para ti y para todos los tuyos.

No cabe duda de que estamos viviendo tiempos distintos, para algunos mejores y para otros peores. En estos años de pandemia, son muchos a los que, por desgracia, no les ha ido del todo bien y otros a los que han sabido o, mejor dicho, han podido aprovecharse de las circunstancias. Tenemos por delante un prometedor año 2022, dentro de unos meses leeremos este post y veremos si estamos en lo cierto, pero está claro que, nos enfrentamos a 365 días repletos de oportunidades.

Con estas líneas quiero lanzar un mensaje de esperanza para todos. Afrontemos cada día con ilusión y, como suele decirse, paremos únicamente para tomar impulso. No dejemos que la negatividad se apodere de nuestro día a día y sepamos ver siempre, la copa medio llena. O mejor dicho, siempre superando ese ecuador. España siempre ha sido un país que ha sabido sobreponerse a de todos los baches y, querido amigo, querida amiga, esta vez no será diferente.

Vino, arte y cultura

Siempre digo que el vino es una forma de arte. Es la interpretación de la naturaleza en uno de sus estados más sabrosos. Desde sus inicios, EMINA ha estado vinculada con él, tanto es así que siempre decimos que EMINA es vino, arte y cultura.

A partir del próximo año, EMINA será más arte que nunca ya que tendremos el placer de poder convivir en ambas bodegas (en Medina del Campo y en Valbuena de Duero), con las obras de mi gran amigo Andrés Coello. El arte en forma de cerámica de Coello se unirá a una larga lista de amigos artistas que han visto su casa en EMINA, desde mi queridísimo Cristobal Gabarrón, cuya obra OINOZ preside EMINA Ribera, hasta Carlos Montesinos, cuyas pinturas visten paredes de ambas bodegas. Pero no únicamente aquí, el MoMA de Nueva York, el Museo Patio Herreriano de Valladolid o la Fundación Edades del Hombre han maridado arte y vino con exquisitos resultados.

El arte, desde la última mitad del siglo vente hasta nuestros días, ha crecido con la figura de Coello y sus obras son reconocidas en toda la región. En EMINA estamos contando los días hasta que el ARTE con mayúsculas de nuestro querido Andrés corra por nuestras instalaciones. Pronto estará todo preparado y estaréis todos invitados para brindar por el arte con nuestros vinos blancos, rosados y tintos.

Reforestar el alma

Cada vez son más los que deciden dejar de mirar hacia otro lado y dedicar un momento de su vida a la sostenibilidad. Ya dijo José Martí que cada persona debería hacer tres pequeñas grandes cosas a lo largo de su vida. Una es tener un hijo, otra es escribir un libro y otra es plantar un árbol… Es curioso porque, de las tres tareas, la que es más sencilla, es la que se hace con menos frecuencia. ¿Te imaginas que cada habitante del mundo plantase un árbol cada año?

Si eres de los que todavía no ha plantado una semilla a favor de la Madre Naturaleza, te invito a hacerlo. Es una forma de reforestar el planeta y, también, de reforestar el alma. Con un pequeño gesto conseguirás impulsar una causa que, en definitiva, persigue el beneficio de todos. Cada vez que una persona reduce el consumo de productos directos, reutiliza un producto alargando su vida útil, o recicla aquellos que ya no son aprovechables estamos avanzando mucho en pro de la sostenibilidad.

Otra de las grandes frases relacionadas con la sostenibilidad y el medio ambiente hace mención a un pensamiento global y a una actuación local. Es algo que también me parece muy importante, ya que todos debemos ser conscientes y realistas con nuestras posibilidades y, por lo tanto, actuar consecuentemente pero sin olvidar el fin común que es, ante todo, global.

En esta linea, me gustaría compartir contigo una de las últimas acciones que hemos llevado a cabo en EMINA, Bodega pionera en sostenibilidad a nivel mundial, de manera conjunta con LG. Bajo el proyecto Smart Green, hace unas semanas procedimos con la reforestación de nuestro entorno plantando dos hectáreas de encinas micorrizadas con trufa negra. ¿Qué hemos conseguido con esto? El beneficio es múltiple. Por un lado, está claro, hemos contribuido a la reforestación de nuestros ecosistemas. Por otro, estamos generando valor, ya que el fruto de esta plantación apoyará el sistema de economía circular y sostenible. Este es un paso más hacia el objetivo de 47 millones de árboles que nuestros amigos de LG se han marcado (uno por cada habitante de nuestro país) y que, según palabras de su CEO, mi querido Jaime de Jaraiz, es “una demostración de que con pequeños gestos somos capaces de hacer grandes cosas”.

Conseguir un mundo mejor está en nuestras manos y tenemos a nuestra disposición la posibilidad de hacerlo. Realmente ¿no crees que merece la pena?

El honor es mío

Ojalá tuviese la capacidad de expresión que tiene el vino para poder agradecer con palabras lo que siento ahora mismo. Recibir un reconocimiento siempre es motivo de honra, pero en este caso, es inmenso el honor que siento tras haber sido nombrado Alcaide de Honor del Museo Provincial del Vino de Peñafiel.

Me siento tremendamente agradecido a todos de todo corazón, desde la Diputación de Valladolid, con su Presidente, Conrado Íscar a la cabeza, a todos los alcaldes donde se encuentran nuestras bodegas y viñedos, a las denominaciones de origen, a todos los integrantes de la gran familia empresarial que formamos y a todos los magníficos amigos que se han cruzado en nuestro camino en todos estos años.

Es especial este reconocimiento por muchos motivos, pero es realmente gratificante recibirlo en Peñafiel, en el Museo Provincial del Vino, que tantas veces he visitado. Es un honor sentirse querido en la tierra en la que uno ha crecido. También es especial por haberlo recibido junto a dos grandes personas, Enrique Cornejo y Marta Robles. Amigos del vino y, por supuesto, amigos de Matarromera.

Recibo con orgullo el compromiso de ser embajador de Valladolid, de sus vinos, de sus gentes, de la cultura y el arte que cada día emanan de esta tierra. Es algo que llevo haciendo desde siempre que, a partir de ahora, haré con mayor honor.