Uno de mis principios en la vida es el de disfrutar con lo que hago. He de reconocer que este pasado fin de semana ha sido uno de los más ‘disfrutones’ del año y me veo obligado a dejarlo por escrito. He tenido la suerte de compartir con mi equipo la primera vendimia de treixadura y albariño, entre otras variedades propias de la zona, de la nueva Casar de Vide. Se trata de la bodega que adquirimos este pasado verano con el objetivo principal de reforzar nuestra presencia en Galicia. Constato que el mosto que he probado era excelente, aunque lo mejor ha sido revivir la ilusión de un proyecto nuevo, en una zona todavía desconocida para nosotros, pero con unas posibilidades infinitas desde el punto de visto enológico y de desarrollo empresarial.
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