Skip to content Skip to sidebar Skip to footer

Club Esencia Matarromera, mi última sensibilidad

La pandemia nos ha obligado a adaptarnos en tiempo real a un nuevo contexto de cambios impredecibles. Acelerar nuestra transformación digital y procesos internos para servir mejor al cliente final nunca había sido tan importante. Es algo que con independencia del momento actual ya veníamos trabajando desde hace años y que ahora hemos querido desarrollar con más entusiasmo y detalle a través del nacimiento de nuestro nuevo Club Esencia Matarromera.

Con él, concentramos nuestra experiencia y vocación de servicio facilitando el acceso a los grandes vinos de nuestra compañía, referencias muy cualitativas seleccionadas personalmente por el equipo directivo entre nuestras bodegas de referencia y, en pocos días de vida, la acogida ha sido espectacular. Nuestros Gestores Esencia, colaboradores formados específicamente para atender a nuestros socios, ayudan a conectar virtualmente con el mundo del vino para dar continuidad a su pasión en esta época de pandemia. Desarrollar esta sensibilidad para estar al lado de nuestros clientes está siendo crucial y nos sentimos afortunados de su fidelidad y cercanía.

Mi objetivo con este Club Esencia Matarromera es construir un lugar de referencia en el que sus miembros se sientan protagonistas recibiendo, no sólo un abanico de ventajas, sino teniendo todo el conocimiento sobre lo que hacemos gracias a la disposición y formación de nuestro equipo. El principio fundamental con el que nace es el de generar una experiencia de compra única, preferencial y personalizada. Además de otras ventajas como el acceso prioritario a lanzamientos de añadas y novedades de productos, packs exclusivos, catas online privadas…

Estoy seguro que de con ayuda de nuestro equipo conseguiremos transmitir nuestra Esencia, aquello que ha permanecido invariable con el paso del tiempo y que constituye la propia razón de nuestra existencia. Es nuestro valor diferencial, único, inalterable y que define nuestra forma de ver no sólo el vino, sino el mundo que nos rodea y la forma en la que actuamos. Para entenderlo sólo hay que mirar atrás y buscar en el origen, ese que nació hace varios siglos en mi familia y cuyo mayor legado fue poder transmitir generación en generación su conocimiento y amor por el viñedo. Un amor que pretendo seguir transmitiendo a mis hijas, a mis nietos, a mis amigos, a mis colaboradores y, por supuesto, a mis socios de este Club Esencia Matarromera. De momento, confiando en que la pandemia se revierta y volvamos a sonreír, brindo con una copa de Matarromera Esencia en la mano.