Cada vez son más los que deciden dejar de mirar hacia otro lado y dedicar un momento de su vida a la sostenibilidad. Ya dijo José Martí que cada persona debería hacer tres pequeñas grandes cosas a lo largo de su vida. Una es tener un hijo, otra es escribir un libro y otra es plantar un árbol… Es curioso porque, de las tres tareas, la que es más sencilla, es la que se hace con menos frecuencia. ¿Te imaginas que cada habitante del mundo plantase un árbol cada año?
Si eres de los que todavía no ha plantado una semilla a favor de la Madre Naturaleza, te invito a hacerlo. Es una forma de reforestar el planeta y, también, de reforestar el alma. Con un pequeño gesto conseguirás impulsar una causa que, en definitiva, persigue el beneficio de todos. Cada vez que una persona reduce el consumo de productos directos, reutiliza un producto alargando su vida útil, o recicla aquellos que ya no son aprovechables estamos avanzando mucho en pro de la sostenibilidad.
Otra de las grandes frases relacionadas con la sostenibilidad y el medio ambiente hace mención a un pensamiento global y a una actuación local. Es algo que también me parece muy importante, ya que todos debemos ser conscientes y realistas con nuestras posibilidades y, por lo tanto, actuar consecuentemente pero sin olvidar el fin común que es, ante todo, global.
En esta linea, me gustaría compartir contigo una de las últimas acciones que hemos llevado a cabo en EMINA, Bodega pionera en sostenibilidad a nivel mundial, de manera conjunta con LG. Bajo el proyecto Smart Green, hace unas semanas procedimos con la reforestación de nuestro entorno plantando dos hectáreas de encinas micorrizadas con trufa negra. ¿Qué hemos conseguido con esto? El beneficio es múltiple. Por un lado, está claro, hemos contribuido a la reforestación de nuestros ecosistemas. Por otro, estamos generando valor, ya que el fruto de esta plantación apoyará el sistema de economía circular y sostenible. Este es un paso más hacia el objetivo de 47 millones de árboles que nuestros amigos de LG se han marcado (uno por cada habitante de nuestro país) y que, según palabras de su CEO, mi querido Jaime de Jaraiz, es “una demostración de que con pequeños gestos somos capaces de hacer grandes cosas”.
Conseguir un mundo mejor está en nuestras manos y tenemos a nuestra disposición la posibilidad de hacerlo. Realmente ¿no crees que merece la pena?