El Colegio de Ingenieros de Valladolid me ha nombrado Colegiado de Honor en los II Premios Ingenieros VA como reconocimiento a mi carrera y trayectoria en materia de innovación y desarrollo en la región a través de la empresa que fundé hace ya 30 años, lo que hoy es Bodegas Familiares Matarromera.
Precisamente fue Javier Escribano, el Decano del Colegio, el que me entregó la insignia de oro del Colegio que a partir de ahora yo luciré con orgullo. Me siento muy agradecido tanto con Javier como con todo el Decanato que ha tenido a bien considerarme digno de esta insignia.
Para mí, como ingeniero, persona y presidente y fundador de Bodegas Familiares Matarromera, es todo un orgullo recibir esta distinción por parte del Colegio de Ingenieros de Valladolid, siendo el mayor colectivo de nuestra región que congrega la tecnología, innovación, negocio y transformación permanente.
Siempre quise ser ingeniero. Cuando llegó el momento hice primero de Ingeniería Común en Valladolid para posteriormente comenzar la especialización, siguiendo la tradición familiar y me decanté por la Agronómica, formación que pude desarrollar profesionalmente durante los siete años que trabajé en el Ministerio de Agricultura y luego en la FAO. Una vez que cree mi propia empresa, a lo largo de mi recorrido empresarial, son muchos los trabajos y proyectos de ingeniería en todos los ámbitos que he tenido la oportunidad de llevar a cabo.
Representa no solo un honor para mí sino también un acicate en mi compromiso y entrega con la innovación, la investigación y el desarrollo económico y social de este entorno.